lunes, 11 de octubre de 2010



Egipto. Inteligente, emocionante, divertido, ágil, imprevisible, tierno, cosmopolita, delicioso, absorbente, dulce, profundo, mágico, intrigante, adictivo, romántico, urbano, sorprendente, vital, entrañable, apasionado, sutil, original, único, cautivador, extraordinario y absolutamente inolvidable.
Egipto. Lugar de contrastes. Con historia. Invitación a reflexionar o a echar a correr y retener en tu mente imágenes increíbles y espectaculares.
Egipto. Y sus gentes. indescriptibles. Ellos, que tan poco tienen, y, a pesar de eso, ayudan y ofrecen. Ellos dispuestos a abrirte las puertas de su casa a cambio de una mísera sonrisa. Ellos, extraños comportamientos tan alejados de los nuestros. Ellos, lanzando mil saludos a la espera de que algún turista se lo responda, solo eso, eso quieren, un simple "Hola" y una sonrisa.
Egipto. Volveré. Volveré a subir a ese camello, a recorrer tus bullidas calles y la soledad de tu desierto, volveré a nadar en el Nilo, volveré a cada rincón conocido y a aquellos que me quedan por conocer. Volveré